Durante el año pasado hemos asistido a un uso cada vez mayor de
términos como 2K, 4K o UHD, pero existe bastante confusión sobre qué significan
exactamente estas palabras.
Si 1080p hace referencia a 1080 líneas de resolución vertical, uno
pensaría que 2K significa 2.000 líneas y 4K implica 4.000 ¿verdad? Pues no. En
lugar de hablar de resolución vertical, los nuevos términos hacen referencia
a la resolución horizontal.
La resolución 2K supone tan solo un pequeño
cambio respecto a 1080p, ya que mantiene la resolución vertical en 1080 líneas
e incrementa únicamente la resolución horizontal de 1.920 a 2.048 píxeles. Se
trata por tanto de un incremento mínimo en resolución.
La razón de la existencia de 2K es que se trata de la resolución
utilizada habitualmente para proyectar películas en las salas de cine. Las
filmaciones de películas presentan un ratio 1.85:1 más alargado que el ratio
16:9 (1.777:1) que encontramos en la mayoría de los televisores, de ahí la
mayor resolución horizontal respecto a 1080p.
En el ámbito del cine, 4K hace referencia a 2.160 líneas
verticales de resolución, que es el doble que 1080p, y 4.096 píxeles de
resolución horizontal.
Por tanto 4K en el cine son 4,26 veces la resolución 1080p y exactamente
4 veces la resolución de 2K. A esta resolución se le conoce a veces como
4Kx2K.
Sin embargo, en el mundo de los televisores, se suele hacer referencia a
4K Ultra High Definition. Ultra High Definition (UHD) es un término acuñado
por la Consumer Electronics Association en agosto de 2013 para referirse a
resoluciones de al menos 3.840 x 2.160 píxeles.
La idea era reemplazar el término 4K pero los fabricantes han hecho oído
sordos a esta recomendación y publicitan sus productos como “4K Ultra High
Definition” en muchos casos. El término 4K/UHD significa que el
televisor tiene una resolución mínima de 3.840 píxeles de ancho y 2.160 píxeles
de alto, lo que lo hace equivalente a dos pantallas 1080p en alto y dos en
ancho. Esta resolución también se conoce como Quad HD.
A día de hoy ya se pueden adquirir televisores 4K/UHD, aunque a
precios elevados. Algunos ejemplos son el Philips 65PFL9708S (65″, EUR 4.968,82) o el Sony KD55X9005 (55″, EUR 3.972,00)
Con la llegada de estas resoluciones, podemos hablar de cuatro resoluciones
principales para el hogar: definición estándar (480p/540p), alta
definición/HD (720p), alta definición completa/Full HD (1080p) y 4K/UHD
(2160p).
Aunque las resoluciones 4K tienen sentido en las pantallas de cine, sus beneficios en el hogar son menos evidentes,
especialmente si vemos el televisor a distancias normales. Si bien el salto
entre la definición estándar y HD es muy notable, la diferencia entre 1080p y
4K no es tan espectacular salvo que el televisor supere las 55″ y no estemos
sentados demasiado lejos.
Uno de los aspectos a tener en cuenta si te vas a comprar un televisor
4K es que sea compatible con HDMI 2.0. Entre otras ventajas, esta
versión soporta una tasa de transferencia más elevada, lo cual implica que en
el futuro podrá reproducir contenido 4K a 60 imágenes por segundo.
Por último ya se empieza a hablar de resolución 8K, también
conocida como Quad Ultra HD, que con 7.680 × 4.320 píxeles requiere
televisores cercanos a las 100″ para poder apreciar la diferencia. La
televisión pública japonesa NHK ya lo está probando y promete emitir en 8K en
el año 2016.
Conocer más, visita el blog de Luis Aguilar.